El actual Colegio La Anunciación, situado en la Calle San Celedonio número 8, tiene una larga historia. Es el segundo más antiguo entre los colegios actualmente existentes en Santander.
Este colegio, de iniciativa diocesana desde sus inicios, surgió como respuesta a la necesidad que había en Santander de centros educativos, proponiéndose desde su inicio la formación integral de los alumnos.
La fundación de este colegio, así como de otros varios que se instituyeron en la misma época, respondió a las gestiones del Obispo de la Diócesis, Don Vicente Sánchez de Castro. Se encomendó el mismo a los Salesianos, una orden religiosa de reciente creación, con el carisma de educar a los niños pertenecientes a familias con pocos medios económicos.
En el Boletín Diocesano 1892 aparece con fecha del 14 de mayo la noticia de la llegada a Santander de una comunidad de Salesianos procedente de Sarriá, para poner en marcha un colegio en la calle de Viñas.
El Colegio fue conocido como “San Andrés de Viñas”, ya que este tramo de la calle San Celedonio se llamaba entonces calle de Viñas, también conocida como “Escuelas de Don Bosco”. Fue un referente educativo y cultural no solo para el barrio sino para toda la ciudad, toda vez que, además de la tarea docente propia del mismo, desarrolló una serie de actividades, fuera del marco escolar, que tuvieron amplia repercusión (Banda de Música, Batallón Infantil, etc). Es por ello por lo que miembros muy destacados de la sociedad de la época apoyan la actuación del colegio y, dada la escasa capacidad del mismo, promueven la construcción de otro mayor. A la cabeza de estas gestiones estuvo el escritor D. José María de Pereda y el fruto de las mismas es el actual colegio de María Auxiliadora, de los Padres Salesianos.
Ya el primer director del Colegio, D. Angel Tabarini, amplió el edificio, (ampliación que sería derribada durante la Segunda República) y efectuó numerosas gestiones tendentes a recabar medios económicos para la mejor atención de los alumnos. A este primer director se siguieron otros salesianos de renombre, entre los que cabe señalar al Padre Jesús Carballo, eminente prehistoriador a quien se debe la fundación del Museo de Prehistoria de Santander.
Este normal desarrollo de las actividades docentes se vio alterado por la Segunda República que estableció que los centros de enseñanza de entidades religiosas solamente podrían impartir disciplinas religiosas. Para soslayar esta circunstancia, se constituyó la “Mutua Escolar Cantábrica”, formada por antiguos alumnos y otras personas cercanas al Colegio que figuraron como titulares del mismo.
El 13 de agosto de 1936, el Frente Popular requisó el Colegio y lo transformó en cárcel. Los Salesianos continuaron viviendo en el mismo y se les responsabilizó de la custodia de los presos. Allí sufrieron cautiverio, entre otros, los monjes del Monasterio de Viaceli, que posteriormente fueron martirizados y en el año 2015 han sido beatificados. Posteriormente el Gobierno incautó el colegio ordenando dispersarse a la comunidad de Salesianos.
En el otoño de 1937, al restablecerse la libertad religiosa, los Salesianos pudieron volver al colegio de Viñas, reiniciando la actividad docente el mismo.
El siete de mayo de 1942, después de celebrar la última misa en la capilla de Viñas, la comunidad salesiana dejó el colegio, trasladándose al de María Auxiliadora, en la calle General Dávila, donde continúan en la actualidad.
La parroquia de la Anunciación, afectada por el incendio de 1941, estaba en proceso de reconstrucción, no así los locales y dependencias de la misma, por lo cual su párroco, Don Fernando Velasco, solicitó al Obispado la utilización del colegio para diversos fines parroquiales. El 13 de mayo de 1942, el Obispo de la Diócesis, D. José Eguino, accedió a esta solicitud, quedando ubicados en el Colegio la sede de Acción Católica, Círculos de Estudio, Roperos litúrgico y de pobres y Catequesis de niños y adultos.
Asimismo se crearon cuatro aulas parroquiales destinadas a niñas, por lo que la actividad docente tuvo continuidad.
El 30 de julio de 1950 se crea, por Orden Ministerial, la Escuela Graduada de Niñas “La Anunciación”, con una dotación de dos unidades. En 1955 se amplía con otras dos unidades. En 1961 se creó el Comedor Escolar, sufragado por la Parroquia. El año 1968 comenzó su actividad una unidad de párvulos.
El año 1971, por Orden Ministerial de 7 de octubre, se crea el “Colegio Nacional de Niñas La Anunciación”, dependiente del Consejo Escolar Primario Diocesano.
Este mismo año se amplió el Colegio con una sección en el Barrio de Cueto nº 7. Funcionando en régimen de Agrupación escolar. Esto fue debido a la urgente necesidad de escolarización en citado barrio y ser ésta la vía más rápida de actuación.
En 1972 entró en vigor la Ley General de Educación, a consecuencia de la cual, el Colegio quedó transformado en “Colegio de Educación General Básica La Anunciación» y pasó a ser mixto.
El mes de octubre de 1984, debido al incremento de alumnos, se procedió a la separación de los centros de San Celedonio y Cueto, que pasaron a funcionar como cetros independientes y plenamente autónomos.
En el año 2001 por la Ley Orgánica General del Sistema Educativo el colegio quedará constituido como un centro de Educación Infantil y Educación Primaria. Los alumnos mayores de 12 años pasarán a partir de entonces a otros centros a cursar la Educación Secundaria Obligatoria (E.S.O.).
En el año 2014, Don Vicente Jiménez Zamora, obispo de Santander, aprueba para los colegios diocesanos el Ideario y Carácter Propio de los centros diocesanos poniendo las bases para futuros documentos y marcando la línea de acción pastoral y evangelizadora de este colegio.
A partir del año 2013 el Colegio la Anunciación se destaca como pionero en la aplicación de la Pedagogía Montessori en la Educación Infantil y Primaria. Esta línea pedagógica se aplicará también en la acción pastoral del colegio con la creación del Atrio del Buen Pastor junto con otras experiencias pastorales llevadas a cabo en el colegio.
En el año 2015, el día 27 de octubre, Don Manuel Sánchez Monge, obispo de Santander, visitó el colegio y bendijo el nuevo Oratorio de los Niños.