Desde el día de Pascua de Resurrección hasta la fiesta de Pentecostés los cristianos celebramos el tiempo litúrgico de la Pascua. Son cincuenta días que celebramos como un gran domingo. Es el tiempo más importante del año. Para él nos hemos preparado durante la cuaresma.
La primera semana de la Pascua se llama la Octava Pascual. Es una semana dedicada a la mystagogia, es decir, el tiempo en el que los neófitos, que han recibido los sacramentos de la Iniciación Cristiana en la noche santa, profundizan en el significado y vivencia de los dones recibidos. Durante todo el tiempo pascual las oraciones de la liturgia piden por estos nuevos bautizados y expresan la alegría por su incorporación a la Iglesia.
El tiempo de Pascua es, también, el tiempo del Espíritu. La Iglesia pide, en este tiempo, a Dios que envíe el Espíritu Santo sobre los creyentes. La solemnidad de Pentecostés es el broche de la Pascua, es la fiesta de la efusión del Espíritu Santo.
Álvaro Asensio Sagastizábal
Párroco de la Anunciación