Texto para la oración
Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: ‘Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros’. (Jn 13, 11-13. 34-35)
Comentario al texto
El texto evangélico está tomado del comienzo del primer discurso de despedida del evangelio de Juan, después de haberles lavado los pies. Nos resuena aún el texto leído el día de jueves santo. La memoria de estas palabras programáticas de Jesús, la liturgia nos las trae ahora a este tiempo de Pascua. Jesús ha resucitado, y de Él se dice en el texto, en primer lugar: que Dios (Padre) y el Hijo son una misma cosa: es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él; a continuación, nos presenta el momento de la despedida -de este Jesús resucitado-, me queda poco de estar con vosotros; por último, el testamento del amor ofrecido a esta comunidad nueva que nace de la Pascua. Será la señal por la que conocerán que sois discípulos míos, que os amáis unos a otros. Además de que sólo el amor fortalecerá la comunidad: amaos unos a otros. “Si se quieren mutuamente con el amor con el que Jesús los ha querido, no dejarán de sentirlo vivo en medio de ellos. El amor que han recibido de Jesús seguirá difundiéndose entre los suyos” (Pagola)
Oración con el texto
Para este momento de oración busco un espacio de silencio… me sitúo con la imaginación ante el icono de Jesús lavando los pies y leo de nuevo el texto lentamente, rehaciendo la escena.
-Estoy ante la gloria de Jesús resucitado: Dios como el Padre.
-Me anuncia una presencia nueva en medio de mi comunidad, en medio de la iglesia. EL AMOR.
-Me habla de NOVEDAD: un mandamiento nuevo. Les habla desde la experiencia. Los discípulos han experimentado el amor de Jesús: vosotros sois mis amigos. Junto a él han vivido la verdadera amistad.
AMISTAD significa acogida, cercanía, apoyo mutuo, comprensión, servicio.
-Miro mi vida de amistad con Jesús. ¿Cómo es mi experiencia? ¿Me he sentido amada / amado…? Sólo desde la experiencia del amor podré comenzar a amar.
-Pido a Jesús vivir y sentir esa experiencia de amor. Él me ha elegido como amigo. ¿Lo siento en concreto?
– ¿Cómo es mi amor a los demás? ¿Tiene la fuerza de la señal por la que me han de reconocer como discípula o como discípulo?
– Pido en oración: Señor, Jesús, que yo ame como tú quieres que ame.
En el año de la misericordia
La fraternidad tiene necesidad de ser descubierta, amada, experimentada, anunciada y testimoniada… Por más grandes que sean nuestros límites… estamos invitados a robustecer las manos a fortalecer las rodillas, a tener valor y a no temer, porque nuestro Dios nos muestra siempre la grandeza de su misericordia. (Papa Francisco. Angelus 15 XII. 2013)